domingo, 6 de junio de 2010

El principio de responsabilidad

El periplo social del hombre y la mujer de nuestros días alternan progresivamente esferas privadas y públicas en el que lidian la autosuficiencia y el deseo de entrar en comunidad. El drama y la opción de nuestro tiempo es asistir a la degeneración de la persona y a aceptar niveles de responsabilidad social.

Si uno quiere ser autosuficiente entonces no tiene sentido creer en Cristo, porque desde una dimensión religiosa Él es quien promete el Paraíso a los que lo siguen y comparten el mundo con su prójimo, manteniendo viva la fe.

La lectura filosófica dice que el hombre es existencialista, racionalista, logra niveles de sabiduría y que lo define la razón. Por su parte, la sociología dice que el hombre es un ser gregario y como tal vive en comunidad, sigue comportamientos y cumple relaciones sociales en mérito a esa comunidad que le da vida social.

Los existencialistas, los espiritualistas, los peregrinos, los viajeros, los cruzadores de confínes son quizás aquellos sujetos, un poco más interesados en interpretar la vida, que con sus testimonios nos pueden ayudar a dar respuestas “un poco más claras” de lo que significa la vida. Esas respuestas claras las buscan, y a veces las encuentran, solo quienes se atreven a interrogarse con preguntas serias y tratan de explicarse, interpretándolas con sus propias vidas, las causas de los procesos, de los efectos y de las situaciones. En el fondo, el determinante que hace que la vida de una persona tenga un cierto sentido y logre la felicidad es la dignidad.

Una persona digna de ser tal, será capaz de superar las crisis, las alturas y los valles oscuros de la vida. La dignidad es una cuestión de roles sociales. Así cabe recordar que no hay dignidad si no se tiene conciencia crítica del papel que uno cumple en la sociedad. El padre de familia no será tal sino se da cuenta que sus conductas y su presencia en la familia son claves para mantener una cohesión y dar bienestar a su prole. Ser y parecerse lo más que se pueda al rol social que uno representa en la sociedad es una de las variables del éxito.

En Estados Unidos y en Europa se da mucha importancia a la imagen personal y a la estética, porque esas son algunas de las variables donde se resalta a la persona en sociedad, algunas veces esas variables sirven sólo para mantener sociedades de consumo. Las variables del desarrollo son la educación, la cultura del trabajo y la moral.

Con la revolución de los medios de comunicación uno descubre que aquello que define al hombre y a la mujer es su estilo de vida, su fe, su sabiduría, sus victorias y dramas. Para hacer que todo esto se convierta en una historia de vida hace falta una conciencia crítica que como el péndulo de un reloj organice el tiempo entre lo utópico y lo pragmático, entre la fe y la praxis. La utopía es etimológicamente una idea sin lugar, que puede convertirse en realidad cuando encuentra una posición social, en la mente y el comportamiento de la persona, en medio de un tiempo abstracto, extraño, a veces ajeno, la posición social está hecha de definiciones conceptuales y vivencias existenciales, donde casi siempre como me decía mi profesor el jesuita Robert White, uno tiene que preguntarse: ¿y cuál es el problema serio?

No hay comentarios: