miércoles, 21 de octubre de 2009

La comunicación con un énfasis de la teoría al contexto y la dimensión cultural para América Latina

1. Enfoque para validar las prácticas comunicativas en contextos culturales diferentes

Este énfasis es útil para cumplir la lógica de ir de la teoría al contexto, con el fin de mejorar nuestras teorías, definiciones y planteamientos. Una de las limitaciones del abordaje de la comunicación en América Latina es que sus propuestas comunicativas no se han logrado sistematizar del todo, y no se ha dado ese salto cualitativo de ir de las prácticas y las oralidades a la escritura. Se sabe que en investigación y en la enseñanza es importante teorizar para validar las prácticas. Un criterio que deben tomar en consideración los formadores de formadores, los comunicadores y los responsables de programas de desarrollo humano.

2. Comunicación desde el contexto latinoamericano, con interculturalidad

Las culturas latinoamericanas tienen muchas memorias y muchas voces, por eso que nuestras comunicaciones deben tratar de articular todo ese patrimonio cultural, que incluye las historias orales del campesino, las canciones de los adolescentes y jóvenes de los barrios urbano marginales de la ciudad, los juegos de los niños, el sentimiento y la lucha de las mujeres, las conversaciones del inmigrante. Los discursos del campo y de la ciudad. Todo esto es parte del contexto latinoamericano.

La cultura no comprende solo las artes y las letras, sino también los modos de vida, los valores, en resumen: la civilización.

Bernardo Kliksberg en su libro "Más ética más desarrollo" (2006) señala que las bases para el rescate en valores de la sociedad latinoamericana está en "las bases de nuestras culturas latinoamericanas, en nuestras creencias religiosas, espirituales, en nuestras creencias filosóficas, el ejemplo de nuestros libertadores, nuestras culturas indígenas, tienen un fondo presidido por estos valores. Y ha llegado el momento de rescatarlos", invoca.

Así, una comunicación intercultural permitirá incorporar a las grandes mayorías a la composición de un discurso de todos, que sea una práctica para el cambio social y no solamente un decir sin acción. Pues sabemos que el subdesarrollo en latinoamérica no es solamente económico, sino también producto de la exclusión social y la desigualdad entre los miembros de las sociedades que la componen. Razón por la cual un discurso de comunicación para el desarrollo con su componente de interculturalidad es fundamental para empoderar a los más pobres.

Nuestro análisis está vinculado a la apropiación de los productos culturales: sin la iniciativa y la participación de los agentes locales, la llegada imprevista de productos culturales (como un espectáculo, una exposición o la realización de una transmisión radiofónica) se corre el riesgo de no dejar huellas en la práctica.

En la reflexión sobre el desarrollo local, no se pueden separar ambos conceptos: "cultura de la gente" y "cultura para la gente". Tampoco puede estar ausente la dimensión cultural en los proyectos de desarrollo, ya que de lo contrario estos serían incompletos ya que se les habría privado de una parte de su eficacia.

"Hay que situar el problema de la cultura de la gente, de la cultura local y más específicamente de la cultura rural, en el contexto de la mundialización: hoy en día por muy original que sea una cultura, ésta estará sometida a los mensajes de una información tanto inmediata como mediatizada e impregnada de lo que se denomina la cultura de masa", comenta el profesor Bernard Kayser de la Universidad de Toulouse-Le Mirail (Francia), en un artículo del 'Leader Magazine'.

3. Lo local, la cultura y la tradición: ejes de la comunicación para el desarrollo

Pensamos que el cambio social no es motivado únicamente por el comportamiento individual, y por metas económicas sino que es definido principalmente a través de la cultura y la tradición.

Así podemos decir que la comunicación para el desarrollo se ocupa de:

- la cultura,

- la tradición,

- el respeto por el reconocimiento local, y

- el diálogo entre los especialistas del desarrollo y las comunidades.

Es un proceso abierto que se reafirma con la voluntad de diálogo, la predisposición de los actores para la participación, donde se interactua con grupos sociales.

El uso de los medios es una parte de la comunicación para el desarrollo no es en sí la comunicación para el desarrollo. El uso de los medios para este fin es una estrategia para lograr posicionar, difundir y concientizar lo que es comunicación para el desarrollo.

4. Desde el campo de los medios y la metodología etnográfica

Pasando al campo mediático, para nosotros es importante identificar los enfoques realizados por el teórico estadounidense James Lull (1980, 1990) sobre los usos sociales de la televisión y el método etnográfico para estudiar el público de los medios, porque permite identificar conceptos y métodos empíricos para ir a investigar los públicos de los medios en sus mismos ambientes naturales.

La utilidad del trabajo de Lull está en que con sus estudios nos permite operacionalizar los marcos teóricos, es decir encontrar instrumentos para entrar al mundo de la vida cotidiana de las audiencias y al mundo de la producción de significados de los públicos que usan los medios, privilegiando para ello un enfoque que opta por lo etnográfico y los métodos cualitativos.

Privilegiar análisis sociales que nos permitan pasar de la revisión de la teoría a observar y conversar con los protagonistas de la realidad, y viceversa, es un giro cualitativo que los analistas sociales podemos seguir para asistir a las prácticas y usos de las gentes.

Desde la perspectiva de la teoría de los usos sociales de la televisión y la metodología para estudiar al público de los medios podemos notar la importancia que tienen los medios para generar mensajes, textos y contextos.

La tarea del investigador (y del realizador de las prácticas comunicativas) es entender y explicar cómo se producen las comunicaciones, en ese espacio real de interlocutores que es el espacio de recepción de los medios y sus múltiples contextos urbanos, rurales del sur y del norte de las naciones; donde las culturas se definen y redefinen mediante las prácticas sociales que incluyen a los medios, y que van organizando, influyendo o modificando, que duda cabe en: la vida cotidiana, la casa, el mercado popular, el barrio, los nuevos distritos y las ciudades con sus muchedumbres, sus edificios privados y sus villas miseria.

El público de los medios no es más una masa sino una serie de sujetos sociales críticos con sentidos, competencias e imaginarios que abarcan lo doméstico y familar, lo global y tecnológico.

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