lunes, 10 de mayo de 2010

El codesarrollo y las familias en origen de los inmigrantes: las remesas se van a casa

Los hombres y mujeres inmigrantes que se movilizan geográficamente buscan cambios, y los que acumulan capital buscan invertir. Pero ¿dónde invierten el capital los que se van de sus tierras?, lo que parecía ser un misterio, ahora es un hecho conocido, las remesas, desde los países desarrollados se van a casa, el dinero que envían los inmigrantes tienen impactos notables en la economía doméstica de miles y miles de familias en el mundo, pero también han superado, juntando montos totales de transacciones: la inversión extranjera y los dineros de la asistencia internacional, en países de América Latina y el Caribe.

El Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) acaba de comentar a inicios de mayo, que los envíos de remesas internacionales a la región latinoamericana representan, al menos en seis países, más del 10 por ciento del PIB.

Una especialista del BID, Priscilla Murphy, comenta que los fondos de los remesadores son utilizados para cubrir necesidades básicas, tales como alimentos, ropa, vivienda, salud y educación. Las familias receptoras con mucho esfuerzo llegan incluso a ahorrar una parte del dinero, para invertirlo en micros y pequeños negocios, también para realizar obras de construcción en sus hogares. Los inmigrantes ( particularmente aquellos de pueblos pequeños) a través de sus asociaciones han tenido éxito en financiar proyectos comunitarios en sus pueblos de origen, usando remesas grupales.

Cooperativas, asociaciones y federaciones de ahorro y crédito, entre ellas, los grupos latinoamericanos Bansefi, Fedecaces y Seguros Banco de Sol, destacan por ser experiencias que han tenido mayor éxito al gestionar las remesas, reduciendo costos de transferencias de dinero, disminuyendo los costos de transacción para los receptores y mejorando el acceso a los fondos, destinando las remesas a ahorros en financieras y actividades productivas para las familias de los emigrados. El BID ha invertido unos 67 millones de dólares en los últimos 9 años, en este sector. La experiencia de los proyectos cuenta de comunidades por lo general agrícolas y rurales donde la gestión de las remesas está contribuyendo al desarrollo

Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Paraguay, Bolivia, México y Ecuador son algunos de los países inmersos en programas financieros vinculados a las remesas, que cuentan con la participación de donantes e inversores. El dato adverso es que no todos los inmigrantes y sus parientes están bancarizados, con pocas opciones financieras disponibles para ellos.

Así en este contexto, el codesarrollo que reconoce al inmigrante como agente de desarrollo, en origen y destino, se está convirtiendo en una línea de acción eficaz y altamente participativa, sobretodo en zonas con arraigos culturales colectivos-comunitarios, diásporas de inmigrantes sensibilizadas con el desarrollo local, redes de reagrupamiento y asentamiento de inmigrantes en el país de destino, familias emprendedoras y agencias de desarrollo que facilitan la vinculación y conocimientos técnicos entre los diferentes actores que protagonizan el proceso migratorio.

Una serie de estudios de casos publicados en “Migraciones y economías locales, documento de trabajo no. 40” de la Cooperación Internacional Española, han hecho seguimientos en terreno de las cuestiones que vinculan migración y desarrollo, extrayendo lecciones aprendidas, las cuales superan perspectivas estrechas que se basan en un simple aumento de los ingresos individuales. Es necesario que exista un marco de desarrollo local que permita a la comunidad fortalecer su potencial humano, social y económico, de forma que se interioricen buenas prácticas y la comunidad sea capaz de mantener en el tiempo los logros obtenidos.

El desarrollo local sólo puede conseguirse, pese a la desconfianza de los migrantes y la población local hacia la clase política, a través de una concertación con la administración. Las acciones de codesarrollo son un complemento a las estrategias a nivel marco, aportan al intercambio social y cultural, generan esferas de encuentro que propician conexiones, interacciones y transferencias simbólicas. La lección de fondo de este enfoque, y su premisa también, es que el inmigrante puede ser impulsor de cambios si se lo propone.