domingo, 22 de enero de 2012

Los inmigrantes peruanos con espíritu emprendedor

Hoy en día con la crisis económica internacional que afecta particularmente a Italia empiezan a surgir mercados transnacionales para generar pequeñas empresas y negocios entre los inmigrantes, sus organizaciones y las familias en los lugares de origen. Las remesas bien invertidas y buenos planes de negocio podrían convertirse en la oportunidad del migrante y su familia.

En el Perú las condiciones económicas estables, 4% de crecimiento anual en los últimos 12 años, con tratados de libre comercio en marcha con varios países de las Américas, Asía y Europa e inversiones extranjeras, están favoreciendo la apertura de mercados extranjeros y el inicio de actividades comerciales.

En este contexto, se están generando, en Perú, empresas grandes y pequeñas para producir, manufacturar y exportar productos. Pero también se están creando empresas locales como restaurantes, salones de belleza, panaderías, cafeterías, etc. Hay también un acceso al crédito bastante diversificado en el país. Lo que está sucediendo es que la economía se está abriendo a varios sectores de la sociedad.

Para los inmigrantes, esta es una oportunidad, pues formando pequeñas empresas e invirtiendo parte de su capital, que reúnen con las remesas, pueden encontrar una forma para mejorar sus ingresos e involucrar a la familia en los lugares de origen para obtener estabilidad económica y laboral.  El Ministerio de la Producción peruano ha lanzado el programa “CreceMype”, con servicios de información, asistencia técnica para el crecimiento de las empresas y los empresarios. El objetivo final de este programa estatal es “mejorar el acceso a los servicios de desarrollo empresarial, financiero y tecnológico para las micro y pequeñas empresas del Perú (Mype)”.

El programa “CreceMype” ofrece sus servicios en varios distritos de Lima y en las regiones del país. Sitio web: http://www.crecemype.pe/portal/index.php/home
Otro programa de interés para los inmigrantes y sus familias en origen es “el PYME peruanas al mundo”, promovido por un gremio privado en comercio exterior, ComexPerú, que capacita, asesora y orienta a los futuros empresarios y a las nuevas empresas.

Comex Perú tiene un convenio con la web de comercio electrónico Alibaba.com. Y busca inscribir en los próximos dos años, de 20.000 a 30.000 empresas peruanas en Alibaba.com para vender productos a mercados nacionales y extranjeros.

Según,  el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) de Perú, aportan el 62 por ciento de los puestos de trabajo del país, empleando a unos 8,9 millones de trabajadores. Y aunque las exportaciones rápidamente han ido ganando terreno en los mercados internacionales, aún permanecen en un nivel muy bajo, representando menos del 0,5 por ciento de las exportaciones totales del país. Por eso que el Estado peruano y los organismos internacionales como el BID están financiando programas para expandir las oportunidades de crecimiento de las MiPYMEs.

Las remesas de los inmigrantes representan un potencial estratégico para la economía familiar y la macroeconomía, por ello la tendencia actual se concentra en formar pequeñas y medianas empresas, en las que puedan participar los inmigrantes, sus organizaciones y familias en origen. Los factores que facilitan esta propuesta es que: 1) Hay necesidad de abrir mercados, 2) Existe formación e incentivos por parte del Estado peruano, y 3) los vínculos transnacionales sirven para establecer negocios y comercio.

Al terminar el 2011, las remesas enviadas por peruanos residentes en el extranjero ascendieron a 2.600 millones de dólares, según el Banco Central de Reservas del Perú (BCR). Dicho monto superó en 5% la cantidad de dinero enviado el 2010. Y representa el 2% del Producto Bruto Interno peruano. Los países desde los que se envían mayor suma de dinero son Estados Unidos con 34% del total de remesas enviadas. Seguido de España (17%), Italia (8%),  Japón (8%), Chile (6%) y Argentina (5%).

Madrid – Milán, antes y después de seis meses

Anoche buscando papeles y libros en mi librería de Milán he encontrado estos apuntes que hice en julio último. Los escribo porque me recuerdan paisajes, sensaciones, lugares y situaciones como la de los indignados convertidos, en personajes del 2011 por la revista Time. Lo que había visto en un viaje a Madrid hace seis meses anunciaba la crisis económica europea, italiana y milanesa de hoy. Escribo esto mientras retomo papeles y bufandas en esta Italia de enero del naciente 2012 a 3 grados centígrados. Con muchos jóvenes, desempleados y gente de toda clase social enojada por los ajustes económicos que encarecen sus alicaidos niveles de vida.
 
 
“Buenas tardes señoras y señores, pasajeros de este vuelo Madrid-Milán. Les informo que en este momento estamos sobrevolando la Costa Brava, a su izquierda pueden ver los Pirineos y al horizonte –una línea de sol sobre la noche estiva- encontrarán Francia a vista de pájaro. Ahora en Milán hacen 24 grados, no hay nubes y el viento es suave”, dice con voz metálica el piloto del avión, mientras la ventanita liquida del avión lanza montañas, nubes con forma de algodón y cordilleras triangulares y pétreas. La descripción geográfica del piloto me quita la atención del libro que estoy leyendo, “No me cogeréis vivo de Arturo Pérez-Reverte”. Desde mi asiento busco una y otra vez entre las nubes. Veo un grupo de lucecitas de lo que debe ser un pueblito sureño y francés en las tierras del Viejo Mundo. Estoy regresando a Milano después de pasar un día entero en Madrid dedicado a trámites universitarios para mi novia, en la Universidad Complutense. He caminado, a paso de montaña, por la Moncloa, Andrés Mellado, Quintana, Princesa y la zona de los barcitos, restaurantes, bodegas, bollerías, peluquerías, marisquerías de Guzmán Blanco en una Madrid en verano y en descanso. Sudo y camino a buen paso buscando libros de técnicas de periodismo y periodismo de opinión.

   
En los postes de alumbrado público y en los escaparates de las librerías, he leído cárteles, afiches y carátulas de libros que denuncian al capitalismo y a los banqueros. Hablan de la rebeldía y retan a cualquiera con la insubordinación urbana, para no ser “costras” (lacras) del sistema.


De hecho Madrid tiene una movida irrefrenable, con todos esos jóvenes que irrumpen en sus calles (confieso que he visto a los jóvenes más felices y libres, yo he sido uno de ellos también, a tono con la modernidad, conversando y contando sus historias, detrás de tragos, cócteles y sentados, para leer, en mesitas mil por doquier en lugares de cerveza, aperitivos y cafés en París y Madrid). Los ves allí, universitarios, jovencitos y migrantes, también turistas; animados por sorbos de claras y cervezas, tablas de jamón y queso, fumando (sus nostalgias, tristezas y cansancios) en las terrazas de las plazas, que se extienden por una infinidad de lugares para la chacota, la charla, las complicidades, el chisme y las broncas.


Mientras contemplo estas escenas, pienso que aquí surgirán los nuevos y futuros lenguajes juveniles, discursos sociales y sin más ni menos: variados movimientos de la palabra y la acción.