sábado, 27 de noviembre de 2010

Interpretando la realidad

Terrazas en Milán (Metropolitana Moscova)
El otro día mientras salía de la librería Utopía, en el paradero de la metropolitana Moscova, en Milán, al ver gente conversando en esas terrazas con sillas, mesitas y sombrillas instaladas en las veredas pensé en esta fórmula : « comer, conversar y leer la realidad se está convirtiendo en prácticas significativas para entender la vida de todos los días ». Además de ser acciones humanas comunes; el comercio, los negocios, la instrucción han convertido esas prácticas en las más globalizadas de nuestros días, una necesidad vital de nutrición pero también de significado, que conviene conocer.

En esas mesitas con gente conversando dentro y fuera de la panadería-cafetería “Princi” fluye la comunicación y la conversación. Aunque si la tecnología de los social media y los soportes electrónicos, como el ipad o el mp3, se siguen desarrollando necesitamos confrontarnos siempre en ese recital horizontal que es ponernos frente a las personas, cara a cara, para vernos con los demás, escuchar e intercambiar nuestro mundo.

Hoy se dice que nuestras formas de ser y hacer las cosas dentro de un espacio institucionalizado está condicionando una « sociedad disciplinada », con unas lógicas, sistemas y comportamientos que no hay que dejar pasar por alto para poder interpretar y entrar a formar parte del mundo del trabajo, y de los espacios institucionalizados de la sociedad.

Por eso que cuando estaba dentro de la librería Utopía y una pareja de jovencitos universitarios dijo a la vendedora “scusi possiamo fargli una domanda?” -¿disculpe podemos hacerle una pregunta?-. Mi atención fue a parar en esa frase que a mí me pareció, en ese momento, muy formal pero al recuperar el sentido de los espacios, del contexto hablativo, reparé en que yo estaba viviendo la librería como un momento de solaz, de distracción, ojeaba literatura mientras buscaba un libro de sociología; no así los universitarios que estaban viviendo su momento de librería como un ejercicio de educación y buenas maneras.

Pensaba en el hecho mismo que nosotros como personas nos vamos haciendo tales mientras elaboramos discursos, frases, gestos, maneras, mímicas, posturas para relacionarnos con la sociedad. Y a esto se suma el otro hecho de la realidad que uno debe continuamente convivir con estructuras, normas, reglas, ritos para estar entre la gente e incluirse en los espacios de la gente.

Cada día irremediablemente y a veces sin ser muy conscientes de ello vamos buscando y reafirmando sentidos, es lo que nos coloca o aleja de la realidad. El filósofo alemán Kant dice que « no te preguntes como está hecho el mundo que tú tienes que conocer, sino como debes ser tú para poder conocerlo », lo cual implica autoreconocer la propia conciencia crítica, mágica e ingenua para tener un punto de vista y vivir la realidad tal como es.

Interpretar la realidad y darle una explicación es lo que antes o después terminaremos de hacer, porque la realidad es un texto abierto, que nos espera como una mesa servida lista para sus comensales o las calles de una ciudad con sus veredas y asfaltos interminables, hechas y establecidas para que nosotros empecemos a caminar o sigamos andando.