miércoles, 29 de febrero de 2012

Juan Cruz en su oficina-biblioteca del diario El País

Juan Cruz (der.) y Franklin Cornejo (izq.) 
en el diario El País (Madrid)
El frío de Siberia llegó puntual a Europa a fines de enero, los servicios meteorológicos anunciaron la helada y las temperaturas a 18 grados bajo cero. Con ese clima llegué a Madrid, un tiempo inclemente para guarecerse y escribir. El avión que me trajo de Milán aterrizó en el aeropuerto de Barajas, a las dos de la tarde, en la T2. La escala de 10 horas antes de ir a Lima me daba tiempo para visitar a Juan Cruz, el director adjunto del diario El País, autor de “¿Periodismo? Vale la pena vivir para este oficio” (De Bolsillo 2010), libro que reúne entrevistas de Juan Cruz con los maestros del periodismo internacional; Eugenio Scalfari, Ben Bradlee, Tomás Eloy Martínez, Harold Evans, Jean Daniel, John Lee, Alma Guillermopietro y Juan Luis Cebrián. El texto de Cruz sirve para defender la vigencia del periodismo pese a la gratuidad del periódico en la web, el nacimiento del periodismo digital y la crisis financiera de históricos diarios como The New York Times y The Washington Post. Vivimos hoy una transformación en la forma de hacer periodismo y en este contexto leer a Juan Cruz es como juntarse con un amigo y escucharlo en una sana tertulia, en la que advierte también que “el periodismo (del medio digital, el agregado es mío) viene veloz pero todavía necesita un freno, al menos para que lo que se dice no sea tan diferente de la realidad”. Un encuentro con Juan Cruz es parte del aprendizaje del oficio de periodista tanto como leerlo, verlo y escucharlo en su oficina. En eso pensaba mientras iba a buscarlo.

La defensa que hace Juan del periodismo es total, en una de las partes de su libro dice lo siguiente: “Algo tan bello –“el oficio más bello del mundo”, han dicho muchos, y el último que lo ha dicho más es Gabriel García Márquez– no puede desaparecer jamás, estará siempre ahí, en cualquier formato, en cualquier soporte. Mientras haya algo que publicar, mientras haya algo que decir a la gente sobre lo que le pasa a la gente, habrá periodismo; qué más da si es un suplemento de internet o es un periódico que se renueva cada segundo en una red superpoblada en la que de vez en cuando florece; también una gran historia que mientras no se cuenta es tan sólo una pequeña historia que aún no ha nacido”. Su e-mail me ha adelantado su afabilidad. “cuando esté cerca de Madrid envíeme un mail o llame al móvil español. Muy honrado en conversar con usted, un abrazo. Juan”. Ahora estoy en el autobús urbano 105 en dirección a Ciudad Lineal rumbo a El País.

Vivo mi propia comisión de entrevista a caballo entre el avión y el bus en búsqueda de uno de los mejores periodistas de habla hispana.

La sede del diario El país es una construcción moderna en la calle de Miguel Yuste, 40. En la recepción de El País hay un linotipo inglés que recuerda los artefactos de la imprenta y la composición de textos. En las paredes de madera hay portadas históricas de El País, incluido el primer número del 4 de mayo de 1976.En la mesa de la recepción, la secretaria y un telefonista bromean sobre “Mou” (Mourinho el entrenador del Real Madrid) y su colección de derrotas ante el Barcelona. “Hombre ya es hora de que se vaya Mou, hasta cuándo vamos a dejarnos humillar por esos catalanes”, dice el telefonista que ya me anunció con Juan Cruz y me ha pedido que espere.

Ahora sí me dan el pase para entrar. Debo ir por el ascensor de al fondo y subir hasta el tercer piso. El cubo metálico me lleva rápido, se abren frente a mí las puertas del ascensor y a cuatro metros en el piso alfombrado, otras puertas automáticas me introducen a una sala con escritorios, secretarias y uno que otro raudo redactor-periodista que cruza la sala de un lado a otro.

La secretaria me ha sentado en la oficina personal de Juan Cruz. Él está terminando una reunión y ya viene. La oficina de Juan es un cuarto de estudio, una pequeña biblioteca. Sobre su escritorio hay filas de libros ordenados uno encima de otro en forma de columnas, quizás material de futuros artículos, reseñas de prosas por hacer, libros leídos, inspiración de escritos por venir. Por donde pongo los ojos, hay libros, estantes de libros y cajas de cartón presumo también con libros dentro.

Le han puesto unos libros cerca de su silla, donde ahora apoya los codos. Es el hombre feliz que he visto en la foto de su blog “Mira que te lo tengo dicho”, cabello cano y costeño de Tenerife donde ha nacido hace 64 años. Es uno de esos periodistas de papel y tinta que escribe también para la edición digital de El País. Y publica libros como editor, poeta y novelista. Ama el periodismo al punto que “pagaría por trabajar en un diario”.

Me cuenta que estuvo en Perú el año 2006 en la boda de Morgana, la hija de Mario Vargas Llosa, en Mancora. Tengo recuerdos muy lindos de Perú –dice– ahora tu país es la Beijing de Sudamérica, está de moda, hay un buen repunte de la economía y las cosas van bien por allá. Anteayer estuvo el presidente Ollanta Humala en Madrid. El País con el diario la República organizaron unos conversatorios para promover la inversión extranjera en el Perú.



Juan Cruz es amigo de Mario Vargas Llosa, ha editado algunos de sus libros y ahora que lo veo bien es el periodista que ha entrevistado a Vargas Llosa en New York los días posteriores del anuncio del Premio Nobel. Conoce también a Alonso Cueto, el novelista que encuentra inspiración de sus historias en la polarizada sociedad peruana.

Mientras hablamos de los libros, de sus viajes, de Milán desde donde traigo este resfrío que trato de mitigar con un café que me ofrece Juan. Me doy cuenta que él representa su estilo de escribir: un tipo empático, amable y ciudadano. Un periodista que me recuerda a Enzo Biagi, el italiano que me enseñó con sus escritos la extrema coherencia del periodista escritor narrador. Y me acuerdo de la frase de Borges: “la literatura se alimenta de literatura”.

Los periodistas necesitamos contar y para escribir tenemos que utilizar las palabras, y sobretodo la palabra escrita. La mejor muestra de ello es que Juan Cruz escribe todos los días en su blog. Y es sesudo, sensato, viajero impenitente, escritor periodista. Y a veces más escritor que periodista, pero en el fondo muy curioso, pero también muy humilde como pocos periodistas que he visto. Y eso lo hace humano. Su acento español me trae la voz de mi profesor José Martínez de Toda, quien siempre me decía: “la única forma de escribir, es seguir escribiendo”.

Juan Cruz escribe de libros, de viajes, de periodistas, del valor de la cultura, las decadencias del mundo, de sus amigos, del fútbol, del blog y sus tiempos lentos y rápidos, del twitter y sus frasecitas cortas, de literatura, de política, del tiempo que se va, de la vida, del homo faber y el homo ludens en el que se convierte el hombre y la mujer que encuentran en la pasión de su oficio su hacer creativo y su lugar en el mundo.

Él escribe, narra y cuenta esa historia haciéndose, inacabable, inconmensurable, infinita que es la vida de todos los días. La vida que viven y vivimos los periodistas para ver, escribir y contar lo que pasa a la expectativa de la novedad que llega con cada día siguiente.

Y me meto a la historia del día, de ese día en que visité y conversé con Juan Cruz, nos tomamos una foto al costado de un retrato autografiado de Sofía Loren. Mientras nos saludamos, lo dejo sentado en su silla giratoria, rodeado de sus libros, con libretas y lapiceros de apuntes preparando sus artículos para seguir publicando ese periodismo de lectura, el que se espera nunca acabe, con sus crónicas, reportajes y textos pensantes que mantiene vivo y digno el oficio del periodista.

sábado, 11 de febrero de 2012

Periodismo de hoy

Cuando hay que decir la verdad, ahí están los y las periodistas. No hay información sin periodistas. Y muchos gobiernos, poderes públicos y privados, a veces irreverentes ante las leyes y el bien común, arremeten contra los medios, los periodistas, y la opinión pública. Los periodistas son los mediadores entre el poder y la gente. Custodian la verdad. El periodismo es el oficio que actúa de contrapeso para denunciar injusticias, irregularidades de las gestiones públicas, pero también, dice lo bueno que le pasa a las personas en la vida. En los últimos meses me he enterado de noticias sobre periodistas amenazados de muertes y asesinados. Leído -como docente universitario en Lima- sobre el periodismo como género y oficio. Una práctica comunicativa que se renueva cotidianamente al paso de la Internet, los poderes políticos, las grandes corporaciones económicas y las facultades de “técnicas comunicativas”.

El periodismo es una experiencia de trabajo continúo, nunca se detiene, y  empieza siempre con la novedad del mañana. Los gurúes y analistas de oficina, que lanzan profecías acerca de la desaparición del periodismo, por la presencia de Internet y los multimedios, olvidan que el periodismo se ejerce en la realidad y que defiende la verdad con fuentes probadas y cruzamiento de información. La información se funda en los hechos. El mundo de la comunicación de hoy necesita, cada vez más, informantes que informen con veracidad, enlazados a los medios digitales.
Consigno aquí algunos apuntes sobre el periodismo y los periodistas:

“En la 67 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), realizada en octubre último en Lima, se puso especial énfasis en la escalada de violencia, ya que al menos 21 informadores han sido asesinados desde el pasado abril, lo que ha llevado a la SIP a calificar al 2011 como "el año más trágico para el periodismo", (en Latinoamérica). De esos 21 asesinatos, cinco se cometieron en Honduras, cinco en México, cuatro en Brasil, tres en Perú y uno en República Dominicana, Colombia, El Salvador y Guatemala, según los datos reunidos por la organización”.
Diario el Universal, México.

“Es apenas necesario explicar la importancia del periodismo de investigación para una democracia, especialmente para una con alto índice de corrupción. Esta -la corrupción-  se asocia siempre con la mentira, el silencio, el encubrimiento del robo o del abuso”.
Gustavo Gorriti, periodista de IDL-Reporteros.

“Más que leyes escudo, lo que hay que aprobar son leyes que garanticen a los ciudadanos el libre acceso a la información pública. Y no pasa por meter preso a los periodistas. Hay que cumplir con el pacto, con lo asumido cuando se es postulante (a un cargo público) y se pretende recibir el poder sabiendo a la vez que deberán ser transparentes y que van a ser mirados por todos. Cada candidato sabe que pretender gobernar y estar por sobre los ciudadanos comunes implica informar todo lo que hacen y también en gran medida sacrificar su privacidad”
Danilo Arbilla, ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”
Artículo 19. Declaración Universal de los Derechos Humanos.

“Los diarios y los periodistas son los intermediarios más eficientes entre la información y el lector y además pueden brindar la perspectiva, apoyar la interpretación, en definitiva “aportar las claves para comprender”, como lo ha dicho el sociólogo Dominique Wolton”.
Raúl Clauso, autor de ‘Los secretos de las técnicas periodísticas’. La Crujía editores.

“Hablar es un privilegio de todo ciudadano libre, no de una casta social o profesional constituida por periodistas, ostentadores de un carnet o de un diploma. La libertad de expresión no es nuestra, sino de nuestros lectores. Bastante es que sepamos administrarla con prudencia, sin zafiedad, sin miedo”.
Juan Luis Cebrián, autor de ‘Cartas a un joven periodista’. Editorial Aguilar.

domingo, 22 de enero de 2012

Los inmigrantes peruanos con espíritu emprendedor

Hoy en día con la crisis económica internacional que afecta particularmente a Italia empiezan a surgir mercados transnacionales para generar pequeñas empresas y negocios entre los inmigrantes, sus organizaciones y las familias en los lugares de origen. Las remesas bien invertidas y buenos planes de negocio podrían convertirse en la oportunidad del migrante y su familia.

En el Perú las condiciones económicas estables, 4% de crecimiento anual en los últimos 12 años, con tratados de libre comercio en marcha con varios países de las Américas, Asía y Europa e inversiones extranjeras, están favoreciendo la apertura de mercados extranjeros y el inicio de actividades comerciales.

En este contexto, se están generando, en Perú, empresas grandes y pequeñas para producir, manufacturar y exportar productos. Pero también se están creando empresas locales como restaurantes, salones de belleza, panaderías, cafeterías, etc. Hay también un acceso al crédito bastante diversificado en el país. Lo que está sucediendo es que la economía se está abriendo a varios sectores de la sociedad.

Para los inmigrantes, esta es una oportunidad, pues formando pequeñas empresas e invirtiendo parte de su capital, que reúnen con las remesas, pueden encontrar una forma para mejorar sus ingresos e involucrar a la familia en los lugares de origen para obtener estabilidad económica y laboral.  El Ministerio de la Producción peruano ha lanzado el programa “CreceMype”, con servicios de información, asistencia técnica para el crecimiento de las empresas y los empresarios. El objetivo final de este programa estatal es “mejorar el acceso a los servicios de desarrollo empresarial, financiero y tecnológico para las micro y pequeñas empresas del Perú (Mype)”.

El programa “CreceMype” ofrece sus servicios en varios distritos de Lima y en las regiones del país. Sitio web: http://www.crecemype.pe/portal/index.php/home
Otro programa de interés para los inmigrantes y sus familias en origen es “el PYME peruanas al mundo”, promovido por un gremio privado en comercio exterior, ComexPerú, que capacita, asesora y orienta a los futuros empresarios y a las nuevas empresas.

Comex Perú tiene un convenio con la web de comercio electrónico Alibaba.com. Y busca inscribir en los próximos dos años, de 20.000 a 30.000 empresas peruanas en Alibaba.com para vender productos a mercados nacionales y extranjeros.

Según,  el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) de Perú, aportan el 62 por ciento de los puestos de trabajo del país, empleando a unos 8,9 millones de trabajadores. Y aunque las exportaciones rápidamente han ido ganando terreno en los mercados internacionales, aún permanecen en un nivel muy bajo, representando menos del 0,5 por ciento de las exportaciones totales del país. Por eso que el Estado peruano y los organismos internacionales como el BID están financiando programas para expandir las oportunidades de crecimiento de las MiPYMEs.

Las remesas de los inmigrantes representan un potencial estratégico para la economía familiar y la macroeconomía, por ello la tendencia actual se concentra en formar pequeñas y medianas empresas, en las que puedan participar los inmigrantes, sus organizaciones y familias en origen. Los factores que facilitan esta propuesta es que: 1) Hay necesidad de abrir mercados, 2) Existe formación e incentivos por parte del Estado peruano, y 3) los vínculos transnacionales sirven para establecer negocios y comercio.

Al terminar el 2011, las remesas enviadas por peruanos residentes en el extranjero ascendieron a 2.600 millones de dólares, según el Banco Central de Reservas del Perú (BCR). Dicho monto superó en 5% la cantidad de dinero enviado el 2010. Y representa el 2% del Producto Bruto Interno peruano. Los países desde los que se envían mayor suma de dinero son Estados Unidos con 34% del total de remesas enviadas. Seguido de España (17%), Italia (8%),  Japón (8%), Chile (6%) y Argentina (5%).

Madrid – Milán, antes y después de seis meses

Anoche buscando papeles y libros en mi librería de Milán he encontrado estos apuntes que hice en julio último. Los escribo porque me recuerdan paisajes, sensaciones, lugares y situaciones como la de los indignados convertidos, en personajes del 2011 por la revista Time. Lo que había visto en un viaje a Madrid hace seis meses anunciaba la crisis económica europea, italiana y milanesa de hoy. Escribo esto mientras retomo papeles y bufandas en esta Italia de enero del naciente 2012 a 3 grados centígrados. Con muchos jóvenes, desempleados y gente de toda clase social enojada por los ajustes económicos que encarecen sus alicaidos niveles de vida.
 
 
“Buenas tardes señoras y señores, pasajeros de este vuelo Madrid-Milán. Les informo que en este momento estamos sobrevolando la Costa Brava, a su izquierda pueden ver los Pirineos y al horizonte –una línea de sol sobre la noche estiva- encontrarán Francia a vista de pájaro. Ahora en Milán hacen 24 grados, no hay nubes y el viento es suave”, dice con voz metálica el piloto del avión, mientras la ventanita liquida del avión lanza montañas, nubes con forma de algodón y cordilleras triangulares y pétreas. La descripción geográfica del piloto me quita la atención del libro que estoy leyendo, “No me cogeréis vivo de Arturo Pérez-Reverte”. Desde mi asiento busco una y otra vez entre las nubes. Veo un grupo de lucecitas de lo que debe ser un pueblito sureño y francés en las tierras del Viejo Mundo. Estoy regresando a Milano después de pasar un día entero en Madrid dedicado a trámites universitarios para mi novia, en la Universidad Complutense. He caminado, a paso de montaña, por la Moncloa, Andrés Mellado, Quintana, Princesa y la zona de los barcitos, restaurantes, bodegas, bollerías, peluquerías, marisquerías de Guzmán Blanco en una Madrid en verano y en descanso. Sudo y camino a buen paso buscando libros de técnicas de periodismo y periodismo de opinión.

   
En los postes de alumbrado público y en los escaparates de las librerías, he leído cárteles, afiches y carátulas de libros que denuncian al capitalismo y a los banqueros. Hablan de la rebeldía y retan a cualquiera con la insubordinación urbana, para no ser “costras” (lacras) del sistema.


De hecho Madrid tiene una movida irrefrenable, con todos esos jóvenes que irrumpen en sus calles (confieso que he visto a los jóvenes más felices y libres, yo he sido uno de ellos también, a tono con la modernidad, conversando y contando sus historias, detrás de tragos, cócteles y sentados, para leer, en mesitas mil por doquier en lugares de cerveza, aperitivos y cafés en París y Madrid). Los ves allí, universitarios, jovencitos y migrantes, también turistas; animados por sorbos de claras y cervezas, tablas de jamón y queso, fumando (sus nostalgias, tristezas y cansancios) en las terrazas de las plazas, que se extienden por una infinidad de lugares para la chacota, la charla, las complicidades, el chisme y las broncas.


Mientras contemplo estas escenas, pienso que aquí surgirán los nuevos y futuros lenguajes juveniles, discursos sociales y sin más ni menos: variados movimientos de la palabra y la acción.


martes, 20 de septiembre de 2011

Lecciones de periodismo en la era de internet

Para el gran público la redacción en periodismo es la parte menos visible de la producción de informaciones. Pero es también uno de los momentos más fascinantes y ajetreados de hacer periodismo porque tiene su propio lenguaje, condiciones que demanda el medio de prensa para escribir rápidamente y estilos para informar a la opinión pública. Cuando el periodista empieza a escribir las noticias antes de lanzarlas o publicarlas en el medio en el que trabaja, se reconoce el temple, el background (la experiencia) y la capacidad de análisis y escritura que los periodistas tienen para situarse en su profesión, entrar en una lógica comunicativa (recogida de datos, producción y transmisión) y expresar lo que han visto y sienten con la mayor claridad, rigor y pasión posible.

¿Cómo se logra ese rigor noticioso que demanda el periodismo? La respuesta no es de manual. Y quien hace periodismo y se ha sentado a escribir noticias luego de intensas jornadas buscando entrevistas, hurgando en los archivos de prensa, investigando en hemerotecas, contrastando fuentes en papel y online, escuchando estaciones de radio y viendo reportajes televisivos sabe que el rigor en periodismo es un trabajo de sana paciencia, un estado de conciencia desde el que se maneja las dificultades para la obtención de la noticia, con unas  capacidades necesarias para seleccionar datos, priorizar hechos y componer noticias bajo la forma de notas de prensa, entrevistas, crónicas, reportajes, artículos o columnas de opinión.

Estas líneas, son unas reflexiones de periodismo que comparto aquí, durante una pausa de la preparación de mis clases de Técnicas de Periodismo que dicto en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, en Lima. Una universidad cuyos colores terracota y veredas laberínticas me devuelven la sensación de poner los pies en la tierra, a cada paso que doy. El periodismo puede ser abstracto en sus definiciones como disciplina, pero su realización implica -así lo señala el Libro de Estilo del diario El País-  separar de manera tajante: información, opinión y publicidad. Esa es la premisa del trabajo del periodista, es decir, separar los hechos en informativos, interpretativos y de opinión; y redactarlos siguiendo las técnicas que acercan o alejan a los hechos de una información abordada con una mayor o menor intervención del periodista. El Libro de Estilo de El País incluye unas normas de conducta que resultan ser para nosotros los periodistas, “un equipaje básico, que deben ser nuestra mentalidad al momento de actuar y producir noticias”, dice el diario español.

Consigno aquí esas normas como un sano ejercicio para reforzar los fundamentos periodísticos en los lectores,  los colegas y estudiantes que se interesan, ejercen o practican el periodismo: 1) Los rumores no son noticia (el periodista debe interpelar siempre a los protagonistas de la noticia), 2) En caso de conflicto hay que escuchar o acudir a las dos partes, 3) Los titulares de las informaciones deben responder fielmente al contenido de la noticia, 4) Debe haber un uso honesto de las fuentes de información.  

Regresando a la escritura de noticias, hay que decir que el manejo de géneros es vital, en el género informativo el autor de un texto debe permanecer totalmente al margen de lo que cuenta, por lo que no podrá utilizar la primera persona del singular. Esas condiciones cambian si el que escribe las noticias lo hace desde el lugar mismo de los hechos y sigue una secuencia temporal para relatar su información, en ese caso está escribiendo una crónica. Y su composición periodística al usar un lenguaje narrativo y en primera persona, sin perder el factor informativo de los hechos, se puede clasificar como género interpretativo. Pero si el autor explica, valora y emites juicios sobre asuntos de la realidad desde su propio punto de vista entonces él o ella están entrando al terreno del periodismo de opinión.

Si queremos aprender a escribir noticias y tener una visión crítica de la actividad periodística hay que entender el concepto de los géneros  periodísticos, sabiendo que no se van a limitar la formas de expresión del periodismo, pero que sí se logrará un entendimiento de las formas en que se componen  las noticias con el fin de comunicar a diversificados públicos desde medios online o escritos. Sin olvidar ese trabajo tesonero y de vigilancia que tenemos los periodistas de: informar, orientar, educar y entretener.

Un trabajo que nos coloca en el cuarto poder de la sociedad después, y entre (cuando hacemos investigación reporteril), los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. El papel del buen periodista de prensa está en saber manejar la técnica, llamar la atención del lector, sin perder de vista la realidad.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Propuestas de estudio y enfoques de la Comunicación para el Desarrollo (CpD)

En la edición 1/2001 de la revista electrónica Comunicación Participativa para el Desarrollo, abordé el campo de la Comunicación para el Desarrollo (CpD), en esa edición de la revista dedicamos un número completo al tema de la CpD.

Ver: “La Comunicación para el desarrollo: Comunicación de la gente con la gente para la gente”,  http://www.seminariovirtual.org/noticias/?p=1132 .

Me parece oportuno recuperar algunas líneas escritas allí y traerlas a este blog, que se dedica a enfocar la comunicación desde la cultura, la sociedad y los medios.

Esta es una mirada procesual que parte de interpretar, estudiar y diagnosticar la comunicación a partir de los problemas sociales, reconociendo en el contexto los públicos y el rol que cumplen los medios en los contextos culturales diferentes.

Pasa también por entender la nuevas narrativas, la lógica para producir informaciones y el papel que cumplen el comunicador y periodista desde un medio y la realidad social. Bajo este punto de vista se supera esa perspectiva que veía la sociedad como una masa, para pasar a otra perspectiva con una sociedad de públicos críticos y participativos.

Tres propuestas para estudiar la Comunicación para el Desarrollo (CpD)
La práctica y la didáctica nos está llevando a comprender que existen tres propuestas para estudiar y realizar la comunicación para el desarrollo:

Desde la posición del comunicador.

Desde la realidad social.

Desde las prácticas comunicativas y los medios.

Este análisis implica que hay que formar comunicadores para el desarrollo que conciban esas tres propuestas, pues un comunicador debe formarse aprendiendo las bases de la comunicación.

De igual manera debería reconocer la realidad social no solo como una categoría teórica sino también como culturas, sistemas, rituales, vidas cotidianas que producen sentidos y significados, que buscan preservarlos o transmitirlos.

Finalmente, existe una serie de metodologías, de las cuales se pueden valer los comunicadores y las comunicadoras para reconocer los medios, los instrumentos y técnicas para generar comunicación.

El campo de la CpD
La Comunicación para el Desarrollo es un término abarcador para designar las intervenciones dedicadas a mejorar las condiciones en las que viven las personas que enfrentan problemas económicos, sociales y políticos en el denominado mundo no occidental (Waisbord, 2002).

Al ser este un campo relativamente nuevo en lo relacionado a la producción teórica, notamos que se están produciendo convergencias desde lecturas, intervenciones y metodologías sociales que incluyen la diversidad de contextos culturales y las implicancias de combinar, por ejemplo, medios de comunicación multimedia con la comunicación interpersonal.

Es una visión, una lógica y prácticas cada vez más holísticas cercanas a la cultura local, desde donde se promueve y alienta la sostenibilidad del desarrollo.

El enfoque
Hoy el comunicador para el desarrollo es un profesional que participa activamente en la realidad social y sirve de nexo entre la comunidad, las instituciones y las distintas disciplinas que intervienen en la sociedad. Su trabajo es facilitar la actoría social y generar espacios de comunicación allí donde los medios no incluyen ciertas problemáticas sociales y la participación es escasa o desigual.

La premisa que sustenta el enfoque teórico de la Comunicación para el Desarrollo es la idea de la “comunicación como proceso”, donde como explica Stuart Hall (1973) existen un codificador y decodificador que alternan e intercambian roles de emisor y receptor. Así la comunicación se entiende como la creación de significados por comunidades de individuos, en un proceso horizontal, múltiple y desinstitucionalizado (Servaes 1996).

Por eso se dice que cada contexto tiene su propia cultura, formas de comunicar, problemáticas, posibilidades, éxitos y fracasos, que solo se pueden conocer desde las experiencias rutinarias con la misma gente. Se han visto contextos donde los métodos participativos pueden tener menor incidencia por la jerarquización de la cultura y la sociedad, sin embargo, los medios y las organizaciones de base pueden cumplir un papel mediador.

El enfoque teórico de la Comunicación para el Desarrollo pone énfasis en la persona, el diálogo y la participación. Sin estas condiciones y requisitos no existe un trabajo de comunicación y desarrollo.

La relación entre teoría y práctica es el punto de fuerza de esta disciplina académica en la que predominan diferentes puntos de vista, que trazan el debate robusteciendo y complejizando el campo mismo de la Comunicación para el Desarrollo. Por el lado teórico se busca recuperar líneas de análisis vinculados a: la participación, el derecho por acceder a la información y el conocimiento, el desarrollo de capacidades, el tránsito de lo postcolonial al ejercicio de la ciudadanía, el empoderamiento social, entre otros asuntos vinculados a los ejes temáticos de comunicación, cultura y sociedad.

Mientras que desde lo empírico, se destacan las metodologías de participación y las herramientas de la comunicación que traducen la teoría a la comunidad privilegiando los medios populares y locales (el teatro, el drama, el folklore, la música) y unidos a ellos una serie de medios de comunicación, con una especial relevancia por el uso social de la radio y el vídeo.

En definitiva el campo de estudio de la Comunicación para el Desarrollo nos permite pensar, reflexionar y actuar una comunicación de la gente con la gente y para la gente. Es un tipo de conocimiento y formación para comunicar desde diferentes experiencias y trabajos prácticos con la población. Es, qué duda cabe, un campo de estudio transversal, de interlocuciones, y lecturas formativas.

- Revista Comunicación participativa para el desarrollo, “La Comunicación para el desarrollo: Comunicación de la gente con la gente para la gente” Pontificia Universidad Gregoriana, Roma (28/02/2011), http://www.seminariovirtual.org/noticias/?p=1132 .

- Waisbord, S. (2002) “Towards a Theoretical and Empirical Convergence? Family Tree of Theories, Methodologies and Strategies in Develpoment” en Gumucio Dragón A. y Tufte T. (compiladores) Antología de Comunicación para el Cambio Social: Lecturas históricas y contemporáneas. New Jersey. Consorcio de Comunicación para el Cambio Social.

-Servaes, J. y otros (1996) Participatory communication for social change. Thousand Oaks Sage .

- Hall, S. (1973) Encoding and Decoding in the Television Discourse Birmingham.CCS.